1. Control del relato institucional: el CIS como herramienta de propaganda
El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), bajo la dirección de José Félix Tezanos, estaría supuestamente instrumentalizado por el gobierno. Sus encuestas, lejos de reflejar la realidad, serían utilizadas para moldear la opinión pública y condicionar el voto a favor de la izquierda.
2. Manipulación del voto por correo
Se sospecha que el servicio de Correos podría estar infiltrado por personas afines al gobierno, lo que permitiría alterar votos emitidos por esta vía y comprometer la transparencia del proceso electoral.
3. Control de los colegios electorales y del escrutinio
En algunos colegios electorales dominados por la izquierda, se denuncia que militantes afines copan el espacio alrededor de las mesas desde la apertura, impidiendo la entrada de observadores independientes. Esto permitiría al presidente de la mesa declarar los resultados sin una fiscalización real, amparado por la ley y sin posibilidad de intervención ni siquiera por parte de las fuerzas de seguridad.
4. Vulnerabilidad territorial
Regiones como Cataluña, Canarias y el País Vasco, donde la presencia de Guardia Civil y Policía Nacional es más limitada, serían especialmente propensas a irregularidades sin consecuencias inmediatas.
5. Uso político de la inmigración
Se acusa al gobierno de facilitar la entrada masiva de inmigrantes irregulares, a quienes se les concedería la nacionalidad de forma exprés a cambio de apoyo electoral. En contraste, se dificultaría el acceso a la nacionalidad —y por tanto al voto— a refugiados políticos legales, como cubanos y venezolanos que huyen de regímenes comunistas.
6. Persecución fiscal a la oposición
Se denuncia que el gobierno utiliza la Agencia Tributaria como herramienta de presión política, como supuestamente ocurrió con el caso del novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid.
7. Manipulación mediática desde la televisión pública
RTVE sería utilizada como altavoz del gobierno para proyectar una imagen de normalidad y prosperidad, mientras se ocultan escándalos de corrupción, se desacredita a la oposición y se ataca a jueces, periodistas y fuerzas de seguridad que investigan al Ejecutivo.
8. Infiltración en empresas estratégicas
El partido y el gobierno habrían extendido su influencia a compañías clave como Telefónica y Movistar, con el objetivo de vigilar, censurar y condicionar la actividad de los ciudadanos en redes sociales, silenciar el descontento y dirigirlo contra sus adversarios políticos.
9. Espionaje y chantaje político
Se acusa al gobierno de espiar y grabar a sus opositores para chantajearlos con vídeos comprometedores, acusaciones falsas y campañas de cancelación pública.
🧩 La democracia no solo se defiende votando. También vigilando cómo se cuentan los votos.
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